El problema del aprendizaje de la discapacidad se ha convertido en una cuestión de creciente preocupación pública, que ha llevado a la explotación por parte de algunos profesionales de la preocupación normal de los padres por el bienestar de sus hijos. La incapacidad de un niño para leer con comprensión como resultado de defectos en el procesamiento de símbolos visuales, una condición que se ha llamado dislexia, es un obstáculo importante para el aprendizaje escolar y tiene implicaciones sociales y económicas de gran alcance. La importancia y la magnitud del problema han generado una proliferación de procedimientos de diagnóstico y remediación, muchos de los cuales implican una relación entre la función visual y el aprendizaje.
El ojo y la capacitación visual en el tratamiento de la dislexia y las discapacidades de aprendizaje asociadas se han revisado recientemente con las siguientes conclusiones de la Academia Estadounidense de Pediatría, la Academia Estadounidense de Oftalmología y Otorrinolaringología y la Asociación Estadounidense de Oftalmología:
La discapacidad de aprendizaje y la dislexia, así como otras formas de bajo rendimiento escolar, requieren un enfoque multidisciplinario de la medicina, la educación y la psicología en el diagnóstico y tratamiento. El cuidado de la vista nunca debe instituirse de manera aislada cuando un paciente tiene un problema de lectura. Los niños con discapacidades de aprendizaje tienen la misma incidencia de anormalidades oculares, por ejemplo, errores de refracción y desequilibrio muscular, como niños con logros normales y lectura a nivel de grado. Estas anormalidades deben ser corregidas.
Dado que las pistas en el reconocimiento de palabras se transmiten a través de los ojos al cerebro, se ha convertido en práctica común atribuir dificultades de lectura a sutiles anomalías oculares que presuntamente causan una percepción visual defectuosa. Los estudios han demostrado que no existe un defecto ocular periférico que produzca dislexia y problemas de aprendizaje asociados. Los defectos en los ojos no causan la inversión de letras, palabras o números.
Ninguna evidencia científica conocida respalda las afirmaciones para mejorar las habilidades académicas de los niños con dificultades de aprendizaje o dislexia con tratamiento basado únicamente en: (a) entrenamiento visual (ejercicios musculares, seguimiento ocular, anteojos), (b) entrenamiento organizacional neurológico (entrenamiento lateral, equilibrio tablero, entrenamiento perceptual). Además, dicha capacitación a menudo ha resultado en gastos injustificados y ha retrasado la instrucción adecuada para el niño.
Excluyendo defectos oculares corregibles, los anteojos no tienen valor en el tratamiento específico de la dislexia u otros problemas de aprendizaje. De hecho, los anteojos recetados innecesariamente pueden crear una falsa sensación de seguridad que puede retrasar el tratamiento necesario.
La enseñanza de niños con problemas de aprendizaje y disléxicos es un problema de la ciencia educativa. Ningún enfoque es aplicable a todos los niños. Un cambio en cualquier variable puede resultar en una mayor motivación del niño y una reducción de la frustración. Los padres deben ser conscientes de que el nivel mental y las implicaciones psicológicas son factores que contribuyen al éxito o al fracaso de un niño.
Los oftalmólogos y otros especialistas médicos deberían ofrecer su conocimiento. Esto puede consistir en la identificación de defectos específicos, o simplemente reconocimiento temprano. Los precursores de las discapacidades de aprendizaje a menudo se pueden detectar a los tres años de edad. Debido a que la remediación puede ser más efectiva durante los primeros años, es importante que el médico reconozca al niño con este problema y lo remita al servicio adecuado, si está disponible, antes de que esté en edad escolar. Los especialistas médicos pueden ayudar a llevar el potencial del niño al mejor nivel, pero los procedimientos educativos correctivos reales siguen siendo responsabilidad de los educadores.
Nota: Una declaración organizacional conjunta preparada por un comité ad hoc de la Academia Estadounidense de Pediatría, la Academia Estadounidense de Oftalmología y Otorrinolaringología y la Asociación Americana de Oftalmología con la asistencia del Presidente y el ex Presidente de la División para Niños con Aprendizaje Discapacidades.
Academia Americana de Oftalmología
La asociación Eye M.D